La llegada del Covid-19 a nuestro país y en los últimos días a nuestra ciudad ha causado dudas sobre la diferencia entre los síntomas del virus que se ha propagado por todo el mundo y una gripe común.

En internet los términos de búsqueda como “Estornudo” y “Moco” también se han acrecentado en relación con “síntomas del coronavirus” en el último mes, es decir, que existe cierta confusión entre los síntomas del nuevo COVID-19 y otros síndromes respiratorios leves como rinitis alérgica y resfriado.

La doctora Gabriela Stefani, pediatra del centro de salud Tekó Porá asegura que los virus del COVID-19 y de la gripe tienen presentaciones clínicas muy parecidas. Ambos causan enfermedades respiratorias, con una gran variedad de casos, que pueden ser desde afecciones asintomáticas o leves, hasta enfermedades graves y muertes.

Ambos virus se transmiten por contacto, gotitas y fómites. Como resultado, las mismas medidas de salud pública, como la higiene de las manos y la buena conducta respiratoria (toser en el pliegue del codo o en un pañuelo y desecharlo de inmediato), son acciones importantes que pueden tomarse para prevenir ambas infecciones.

Si bien la gama de síntomas de ambos virus es similar, la proporción de pacientes con afecciones graves parece variar. En el caso del COVID-19, los datos reunidos hasta la fecha según la OPS (Organización Panamericana de la Salud) sugieren que el 80% de las infecciones son leves o asintomáticas, el 15% son infecciones graves, que requieren oxígeno, y el 5% son infecciones críticas, que requieren ventilación. Estas fracciones de infección grave y crítica parecen más elevadas que las observadas en el caso de la infección gripal.

Ambas son enfermedades respiratorias infecciosas, pero son provocadas por virus completamente distintos. Las personas con resfriado común suelen presentar congestión y secreción nasal, dolor de garganta, tos y estornudos. No es habitual que se presenten cuadros febriles, en comparación a la gripe y el coronavirus. El resfriado presenta sus síntomas poco a poco, con una duración aproximada de 10 días .

La gripe también es una infección vírica con síntomas como fiebre, dolor general, fatiga, tos o escalofríos. A diferencia de un resfriado común, los síntomas de la gripe aparecen de golpe, vienen acompañados por fiebre y dolores de cabeza. Además, suele durar entre 7 y 14 días.

Por otro lado, el nuevo coronavirus, que provoca la enfermedad COVID-19, es una nueva cepa que no se había encontrado antes en el ser humano. Las infecciones suelen causar fiebre y síntomas respiratorios como los de la gripe: tos o dificultad para respirar. Algunos pacientes también pueden presentar cansancio o dolor de garganta. La sintomatología aparece de forma gradual y puede ir desde un resfriado común hasta casos más graves como neumonías o el síndrome respiratorio agudo severo.

La siguiente tabla presenta síntomas generales, pero son variables según la persona (edad, patologías previas, tendencia a desarrollar más síntomas, etc.).


Las vacunas son altamente eficaces para prevenir la gripe. Desafortunadamente, todavía no existe una vacuna para el COVID-19. La mejor opción para prevenir la enfermedad es lavarse las manos correctamente y quedarse en casa.

La vacuna antigripal se aplica a:

  • Niños de 6 a 24 meses.
  • Embarazadas en cualquier trimestre de la gestación.
  • Puérperas (hasta 10 días después del parto).
  • Trabajadores de la salud.
  • Personas mayores de 65 años.
  • Personas entre 2 y 64 años que tengan algún factor de riesgo como obesidad, síndromes genéticos, enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, diabéticos, inmunosuprimidos, oncológicos, patología renal.

¿Quién debe presentar orden médica para recibir la vacuna?

Pacientes entre 2 y 64 años con factores de riesgo, presentarán la orden médica donde conste nombre, apellido y diagnóstico por el cual se indica la vacuna. El resto de las personas que deban recibir la vacuna deberán acreditar la edad o el estado (Ej.: embarazadas en el primer trimestre).

¿Por qué todos estos pacientes deben vacunarse?

  • En los grupos de riesgo la vacuna demostró ser efectiva en disminuir el riesgo de enfermarse, las eventuales complicaciones y la mortalidad.
  • La vacuna es segura existiendo evidencia en millones de dosis aplicadas y la tasa de efectos adversos es muy baja.
  • Independientemente que se hayan vacunado en años anteriores, es necesario que reciban la vacuna antigripal que corresponde al año en curso.

Medidas de protección para todas las personas según la OPS y la OMS

Hay varias precauciones que se pueden adoptar para reducir la probabilidad de contraer o de contagiar la COVID-19:

  • Lávese las manos a fondo y con frecuencia usando un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
  • Mantenga una distancia mínima de 1 metro (3 pies) entre usted y cualquier persona que tosa o estornude.
  • Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca
  • Tanto usted como las personas que les rodean deben asegurarse de mantener una buena higiene de las vías respiratorias. Eso significa cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato.
  • Permanezca en casa.
  • Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y llame con antelación. Siga las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.